martes, 27 de abril de 2010

Don't let me be misunderstood




Escuchar a Nina Simone con 28 años en una primavera granaína y el balcón abierto de par en par a una noche casi plenilunar, produce algo tan indescriptible que ensacha el pecho y baila la sangre.
Sangre arriba navegando a mi cabeza llena de luz.
Sangre abajo buscando tu sombra.
Las últimas notas me provocan lanzarme contra la acera.
Si pudiera estallar en polvo de estrellas y luego en tierra mojada y crecer en musgo fresco, expandirme por la orilla de algún río hasta llegar a tu choza, tocar a la puerta, pasar sin ser invitada y que tu no estuvieras, convertirme en gata, olisquear, remolonear, llenarme el hocico de cenizas de tu chimenea, lamer los restos que dejaste en la cena, preñarme de luz, sentarme en la butaca y esperar a que vuelvas....
Esas son algunas de las cosas que haría si me lanzara contra la acera en noches de luna y polvo de estrellas.








sábado, 17 de abril de 2010

Te beso

Pide, amor, que crezca la noche en tu espalda,
que estará seca de sonidos nocturnos,
yo la lloveré con mi saliva fraguada
en cárceles sin llaves, en ciudades sin muros.

domingo, 11 de abril de 2010

Pequeño Dios que me quema


Donde la carne se hace agua

y se deshilan las venas,

se encienden luces saladas.

Se sueña con nucas aladas,

manos, sombras, palmeras...

Imagino, de nuevo, que insistes,

mas esta vez abro la verja,

mil caballos entran, levantan nubes de tormenta.

Y en el sol del mediodía,

dos trapos mojados se secan,

"que yo no tengo la culpa,

que la culpa es de la tierra".

miércoles, 7 de abril de 2010

Amando la calle

Ella anotó en su cuaderno:

"El puzzle solo encaja tras muchas horas doradas frente a un balcón en una ciudad del sur.
De cualquier sur.
Es necesario mezclar las piezas.
Aún más necesaria es la espera."

Respiró, sonrió, se vistió con su vestido blanco.
Se miró al espejo y se soñó a sí misma en una tarde de primavera de un pueblecito de montaña donde nunca vivió.
Su pulsación se agitó repentinamente, un leve mareo la llevó a un lugar muy cálido...
Se arrojó a su madriguera: calles y plazas.