Tiro de una cuerda buscando palabras, sonidos orientales y mis dedos vuelan.
Palabras para el poniente.
Hacia poniente con sonrisa y vestido blanco. En proa cual Victoria alada de Samotracia.
El tiempo no existe, diez años pueden ser pocos o demasiados años.
Diez años de fe.
Diez años de hambre, qué hambre de luces y bohemias.
Diez años plenos. Espléndidos.
Tus ojos de ratoncillo buscan, investigan, deducen, y finalmente, se serenan y asienten.
Tu lengua viperina suelta frases dulces, tanto que te empachan y ni tú mismo quisieras pronunciar.
Debe ser confusa esa lucha con molinos de viento.
Tu salvación: ver gigantes solo en momentos muy puntuales. Benditos momentos.
Idolatrar a pescadoras, cortesanas y faranduleras no entra en tu cometido.
Pero el corazón se te desparrama por la boca, tu corazón que sigue latiendo en alguna esquina madrileña, cuando Madrid era pueblo, cuando se respiraba vida pura, castiza, cuando sonreías a la acera tras unos cuantos versos, cuando un lienzo en blanco guiaba tus pasos hacia una esquina del sur, pegadita a tierra de fados.
Cuando el amor te dio alas y tablas.
¿Y ahora? Ahora más que nunca.
Ya conoces esos molinos y ellos te conocen a tí. Transfórmalos a voluntad.
Amor por tu lanza, por el viento que los mueve, por el queso y el vino.
Y cuando pierdas el norte, recuerda el este.
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No me cuesta
ResponderEliminarrenunciar a tu cuerpo,
tan solo imaginado,
ni a tus ojos profundos
tan dignos del naufragio.
Nada me duele
pensarte en otros brazos
que naden en tus olas
desde la noche al alba,
mas ¡por todos los dioses!
no me prives
de tu siembra profunda:
TU PALABRA
Señora Dulcinea
ResponderEliminarhoy ando herido
no por lanza, ni daga, ni saeta
pero ese tal "Clamando"¡Voto al cielo!
ha desgarrado
la segura faltriquera de los celos
y me ha dado con una consonante
en la parte inferior de la bragueta.
Me baso en la máxima que afirma
que el deseo se niega solo por ocultarlo
y puesto que él dice
no desear vuestro ondulante cuerpo,
yo lo leo
como que es ese mismo su deseo.
Requebrar a la dama que venero
no va a quedar impune
y mas un "madrileño"
(lo que deduzco de vuestro amable texto)
que emplea la palabra como leño.
¿Hacer a vos la corte,sin remilgos,
un simple madrileño cortesano?
Por fuerza y más pronto que tarde
lleguemos a las manos.
Don Alonso retado
ya ha aceptado el reto
y si distancia impide
la lucha cuerpo a cuerpo
yo reto con la pluma,
y vuestro juicio juzgue
con el mejor criterio,
quién abre vuestros ojos
y los entorna luego,
y os dibuja en vocales
las convexas copas de los pechos,
y os susurra en los muslos
y os besa en el misterio.
La guerra está servida
y no habrá tregua si ese "Clamatorio"
no se rinde y cesa en los requiebros.
Afilando la pluma está mi mano
y llenando el tintero.
El talco de secar está cercano
y mi buen Sancho al lado
por darme los consejos.
Disculpadme, Señora, si mi prosa
no es la que yo acostumbro
en léxico y decoro,
pero estando en la guerra ya se sabe:
Ahora vale todo.