Te atreviste a cerrar el día, a acabar el mes, a arrancar la raíz de este año.
Es el precio que tuvo que pagar el mundo y los ríos por la valentía de tu piel.
Ella dice que fué tierno tenerte dentro, al principio y al final.
Ella dice que tus latidos se escuchan, que son la única verdad de este mundo.
Ella habla con la calma de los que conocen la tempestad.
Porque fuíste rayo y desprendiste tanto calor que ahora hervimos en tu nombre.
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